Los nuevos desarrollos en tecnología de aplicación, así como los esfuerzos para la mejora e implementación de la formación y asesoramiento al sector (SETA) ayudan al crecimiento de una agricultura má eficiente y sostenible, con especial énfasis en el uso seguro de los productos fitosanitarios.
La mayoría de los profesionales ven los beneficios de las SETAs innovadoras en la producción agrícola y el medio ambiente.
Sin embargo, el rápido ritmo de desarrollo, su complejidad, la diversidad en el tamaño de las explotaciones en Europa, la percepción cultural, la falta de experiencia y las limitaciones económicas son inconvenientes que han dificultado su incorporación por parte de los agricultores. Además, existe una brecha en la innovación, ya que «los investigadores inventan cosas que a menudo no son recogidas por los usuarios finales, dado que no son conscientes de la investigación aplicada y tampoco tratan los temas más relevantes para los agricultores».